El Desvío es una pieza interactiva que trata, mediante el uso de una inteligencia artificial conversacional de esa capacidad —tan humana— de generar relatos y también pone en cuestión, el uso histórico de animales que luego fueron sustituidos por máquinas para actividades de ocio y recreo. La instalación nos recuerda a un puesto infantil de vehículos-animales-motorizados, parecido a los que en ocasiones podemos encontrar dentro de centros comerciales pero más extraño o “fantasioso” .
Se compone de una estructura fija a modo de stand, un vehículo móvil inspirado en los toros alados de la antigua asiria (Lamasu) y una pieza sonora activada con auriculares.
Consciente de su propia apariencia de atracción de feria, la pieza funciona como una trampa perceptiva disfrazándose de algo llamativo, exótico y de apariencia casi mágica para atraer al espectador a entrar en el juego, a querer montarse y, de algún modo, a dejarse llevar por una experiencia que se desvía del recorrido establecido hacia terrenos posiblemente engañosos.