La obra de Mon se lee e interpreta capa por capa y en el proceso de lectura descubrimos un rostro nuevo y diferente al anterior, la expresión cambia y el gesto se endurece, el relato varía y a medida que avanzamos resulta más estremecedor. Multiplicidad de secuencias que definen un rostro para hablarnos al fin y al cabo de la identidad humana, compleja, diversa y porqué no, dramática. Una deconstrucción humana que paradójicamente necesitamos para comprender lo intrínseco de nuestro propio ser.